Senabre, ven conmigo un momento,
¿esto que es? el señor profesor ondea un folio tamaño a4 frente a mis narices, y yo, por supuesto, ya he reconocido el dibujico,
-una caricatura
-¿una caricatura, una caricatura?
El profesor a medida que hablaba, me miraba a mi y al dibujo alternativamente, en espasmódicos intervalos de apenas dos segundos, y en esa paridad consecutiva, su cara se iba tornando roja como un tomate, Meltine, para más señas, para los que gustéis de los pequeños y significativamente insignificantes detalles.

– pero, si tú, pero si tú, tú…

El rojo tomate dio paso en un instante a su complementario, y el profesor, que no se por que, me da a mi que no estaba pensando en la teoría del color, precisamente, se puso de color verde , en este caso como los tomates, Raf, para más señas, para los que sigáis gustando de esos pequeños e insignificantes detalles, llenos de importancia .

-tú,tu,tú…

El niño gordo aguardaba, aunque intuía de algún modo en que acabaría el tú tú tú de la boquita de piñón del iracundo tomate parlante, y sabía, que no sería algo tan sencillo como colgar el teléfono y hacer desaparecer el Tú tú tú.

-Tú,tú ¿tu, quien te crees que eres?, ¿tu, te has visto?,eres un desastre, vas siempre mal vestido, vas despeinado, da pena verte, en cambio yo, ¿cuando me has visto a mi desastrado? yo, visto impecablemente, voy aseado, entonces ¿por que me dibujas así, eh?
Y, encima, con el cinturón por fuera!

-Senabre, por supuesto, ya no veía claramente, su visión estaba anegada en lágrimas, de rabia e impotencia, pero ese día aprendió una lección fantástica,sobre la vanidad, los miedos y los complejos de las personas, el pobre profesor fue incapaz de decir que no le gustaba su imagen, era cobarde y vanidoso, no se atrevió a decir, me has dibujado feo, muy feo, no eso no podía decírselo al niño gordo, puesto que tenía ojos, y en esa época, ya existían los espejos, no, lo único que pudo señalar fue ,¡el cinturón, por fuera! No su rostro, si no !el cinturón por fuera!… y, sentí, y sigo sintiendo, aún a día de hoy, bastante tristeza por el pobre hombre, el cual, para los que gustéis de los pequeños detalles significativamente insignificantes, desde aquel día para mi, ya siempre fue como un tomate Cherry, que como todos sabéis, por que sois más listos que los ratones coloraos, es el tomatito más pequeñito y triste del mundo.
Así que, desde ese día deje de dibujar caricaturas, y de eso igual hace casi cuarenta añazos, pero el tiempo todo lo cura y, ¿sabéis que? pues que igual voy a empezar otra vez con ellas, por que me encantaba hacerlo, HALA ya está , ya me he quedado agusto😘